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¿Qué son las emociones?

Actualizado: 13 dic 2020

Existen diversas definiciones de emoción, pero para mi, la más sencilla es la que hacemos cuando nos fijamos en su etimología. La palabra emoción proviene del latín emotio, nombre que deriva de emovere, y significa "lo que te impulsa", "lo que te mueve hacia".


Las emociones se generan como una respuesta a un acontecimiento externo o interno. Son innatas y universales, están presentes desde el nacimiento y nos acompañan durante toda nuestra existencia. Por tanto, si van a ser nuestras compañeras de viaje, tiene sentido trabajarlas desde bien pequeños.


La inteligencia emocional, entendida como la capacidad de reconocer nuestras propias emociones, las emociones los demás y saberlas gestionar, es una habilidad que se aprende a lo largo de la vida pero ¿Cómo lo hacemos si vivimos en una sociedad que tiende a reprimirlas? ¿Cuántas veces nos han dicho "no llores", "no te enfades", "no tengas miedo", "no pasa nada"? Y es que no se trata de reprimir las emociones sino de sentirlas, aceptarlas y gestionarlas.

Cuando hablo de emociones, me refiero a cuatro emociones básicas y universales, el miedo, la rabia, la alegría y la tristeza. La manera de experimentarlas y manifestarlas puede variar en función de la persona, unas son más agradables que otras pero absolutamente todas son útiles y necesarias, tienen una función propia y aparecen para darnos una información. Pararnos a mirar lo que nos quieren decir y escuchar su mensaje, nos llevará al autoconocimiento, y nos dará la posibilidad de elegir qué queremos hacer con lo que sentimos.


Incluir la educación emocional en edades tempranas aporta múltiples beneficios a nivel individual y de grupo. Permite por ejemplo:

  • Mejorar el autoconocimiento y la autoestima.

  • Favorecer el equilibrio emocional.

  • Ayudar en la gestión de las emociones.

  • Mejorar la empatía.

  • Posibilitar el bienestar psicológico.

  • Disminuir la ansiedad y controlar el estrés.

  • Aumentar la tolerancia a la frustración.

  • Favorecer el desarrollo personal.

  • Mejorar las habilidades sociales y construir relaciones interpersonales saludables.

  • Ayudar a la cohesión de grupo.

  • Posibilitar el trabajo en equipo

  • Potenciar la comunicación y el diálogo.

  • Favorecer la resolución de conflictos.

  • Mejorar el rendimiento académico.


Como veis incluir la inteligencia emocinal en la educación tiene muchas ventajas pero para poder acompañar de manera apropiada a niños y niñas requerimos del propio desarrollo personal. Las criaturas aprenden por imitación, por tanto, si como adultos trabajamos adecuadamente nuestras competencias emocionales, podremos crear un entorno propicio en el cual se validen sus emociones y donde ellos se sientan mirados, valorados y respetados por lo que son y por lo que sienten. Un entorno que les ofrezca la posibilidad de desarrollarse de manera integral.


Carolina Fernández

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